Monday, October 23, 2006
continuar
no sabría decir si continuar abandonado en esta virtualidad o preferentemente, señores, desvincularme hacia el oscuro incierto de lo increado, aunque desde nuestras intenciones y precepciones podamos ya prefigurr lo futuro, sabemos que de eso se trata la magia, no podremos nunca de los jamases asegurar nuestro tránsito y nuestros días, ni en este sofoco ni en esos bajones bipolares de la temperatura, al cabo que el calor agobia, el frio angustia, el camino medio, ah, el camino medio...
Monday, October 16, 2006
uniciudad
este lugar amplio y tan estrecho para los millones, este plano amargo donde compartimos unicidades tan subjetivas y experiencias sentimentalmente tan ligadas que es imposible llamar únicas. donde estén los demás y dónde esté uno, en un bar o prostíbulo atrnillado a una botella de alcohol, en una cueva o retiro, en el mar, afuera, como un bohemio, con una mujer, con una pareja, con el amigo, muerto, muerto, ahogado, de terror, asfixia, de vejez, cansancio, astío, ortografía, de cuántas cosas se puede morir, de pie, de cabeza, crucificado, de viejo o de reteviejo como los herboristas taoistas, alcanzando los trescientos años y quizá más, cómo lo sabremos, cuándo lo sabremos; pues lo sabemos desde que uno de muchos que no somos distintos ya tuvo esa experiencia y bien, bien, el crecimiento, el descreimiento y la evolución o involución, el desarrollo y el desenvolvimiento, tocar y soltar, mantenerse, abstenerse, los lugares, amplios y profundos, múltiples, subjetivos y compartidos, todos los lugares donde podemos estar y no estar es porque ya somos esos lugares, desde un lugar que implica la confabulación irresuelta, desde una perspectiva en que todas las fuerzas no son más que fuerzas, criticar, bah, para...
Friday, October 13, 2006
tarde de lluvia primaveral
sí, llueve como merece la pena contrita de mi corazón y la enorme levedad de publicar sin mediación posible más que la que impone esta distancia secreta y subjetiva del ordenador y de la virtualidad. anoche la culpa y la roña cegaron la visión ámplia y sin discriminación del mundo, el cansancio y la soledad se hicieron cómplices de la mudez. con la primavera y los calorones o colocones llegan las turbias tormentas que indican el cambio de energía y que surgen de esta traición que le hacemos al planeta silenciosamente, al botar una colilla o un chicle o un papel en la calle, al usar autos o transportes de alto consumo energético sin la conciencia de estar chupando energía en el beneficio ególatra y egoista de nuestra existencia sin importancia. sí, inimportante, a quién le puede ser útil la emocionalidad de la experiencia vital y social de quien se mutila el cuerpo o se alimentasobremanera o se siente tan importante como para declararse en posesión de algo, títulos, tierras, propiedades ¿a quién? y no me lo pregunto ni yo ni mi dislexia, es una simple afirmación o juicio sobre la vitalidad o real importancia de la expresión de la mente en el lenguaje. nuestras maneras de relacionarnos con la realidad engendran sistemas complejos y caóticos que teminan enquistados en nuestra formación como visiones estáticas y tiranas del mundo y determinan las relaciones que sostenemos con otros y con nosotros; dependemos o estamos interrelacionados no sólo social y en este caso virtualmente a través de un lenguaje que miente y oculta y maquilla, un lenguaje que siempre es simulación y seducción, estamos ligados con un lenguaje más vital y más profundo, a niveles energéticos insospechados, con lo todo que es afuera que es los árboles, insectos, animales, polvo cósmico; no comprender eso engendra pequeñas destrucciones. la solución en nuestras manos es gritar o correr y morir arrancando, callar para intentar el cambio, asustarnos de la lluvia, de la enfermedad, de la muerte, cuando son nuestra condición natural, y la condición natural del escribidor es la lejanía abúlica y propiocomprensiva, la propiocepción ególatra y regañona o la participación multiforme enfocada hacia el cambio; pensar la vida como soluciones y metas, como actos y proezas, como tareas y obligaciones puede fácilmente arrastrarnos en la locura de conseguir futilezas que adornarán criptas o pirámides que en sí, no son más que más futilezas y la validación imbécil de un tránsito humano que no puede, últimamente, diferenciarse de otro. no hay maestros por que nada podemos aprender que no sepamos ya, todo lo adquirido es un adorno, ni precioso ni especial. aunque la vida en esta biósfera, expresada en esta noosfera y realizada como observador último sí es incomparable, única, preciosa.
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