las pienso

Me han regalado una chaqueta de lino. O de Linux, o de Linus, el pianista. Pero eso también lo quería decir. Simplemente que anduve pensando a harta gente, a hartas ellas, que me llamaron en la semana, o me escribieron, o anduvieron cerca, poco después de pensar en ellas. No tiene nada de sicomancia o prevenciones místicas, sólo coincidencias con nombres en las llamadas del teléfono o de los mensajes virtuales. Pero no todo es aciertos. A punto de publicar un poema de Apollinaire me apareció en el camino otra de mujer escritora de fé, o de fe, o de buena fe la habrá entitulado Carlos para esta semana. Otra llamada de atención sobre esto de que no hay tiempo que perder. A buenas cuentas, cuentas alegres, también pude leer Sévero, Herman y Julio, sonreir y casi caminar en dos pies, escribir esta coincidencia feliz y pensar, mucho esta vez, de cómo las letras son tribunas para los videntes y cómo los escritores se situan a sí mismos o proféticos, en el caso de Herman que además es analista político, muy propiamente gringo; o santones, como Sévero que nació para escuchar el OM MA NI PE ME HUM (trasliteración muy suya) o Julio, que siempre fue testigo en las ocasiones más increibles, seguramente visiones tan míseras le llevaron a mistificar los pequeños dptos como ceniceros y los mates como alephs. Un último resquicio de individualidad vertida, años de esto: una muchacha esbelta y guapa caminaba después de su lexión de piano con un libro de cuentos y una partitura por una calle de árboles otoñecidos a media tarde de ventoleras que más anunciaban invierno que los últimos veranitos otoñales. Sentado en un escaño, fumando frente a una casa desconocida con mi maletín lleno de libros nos miramos largo rato, ella caminando hacia un dónde como si paseara, yo fumando y sentado como si tuviera mucha urgencia por estar en otro lugar. Hace poco le he vuelto a ver y hasta conversamos, sin saber quiénes fuimos entonces, hasta ahora.

Seroma

Sale de mí, viscoso e inopinado, en las horas de la noche con el pie en alto, recordándo nauseabundas horas antes y después. Surge de la entraña y desde el costado herido, se mezcla con besos tibios en la mitad del verano cuando comenzaba a cambiar el viento y pensaba en poesía visual, en caligramas concretos que explotarían con el otoño, llama con noticias de otros accidentes para recordar sus rulos y el calor rojo de su sexo en las madrugadas de cerveza vodka tónica té verde, devuelve su aroma a limpieza imposible y a dulces frutas en mi cubrecama y entre sábanas lechadas las cortinas velan las posibilidades prácticas, voy hundiendola indestructible en un mar animado por la invencibilidad; cómo no ser resulta tan obvio. Decir críptico no revela más que una vuelta a los nombres antiguos, a pieles bronceadas y a la gran hembra que grita sostenida por ayuda, cuando no importa el sexo ni el modo de vida, cuando el amor se paga y todos lo saben. ¿qué no decir, qué ocultar? la ruina referida a un otro, la pobreza o el egoismo, las mentiras no ocultan, sólo dejan huellas, los engaños no confunden, muestran el camino, los jeroglíficos y los lenguajes cifrados apuntan al centro del mundo, a esa lengua primitiva que nos habla a todos, la poesía y el lenguaje nos hablan al hablarse ellos mismos, nos resistimos a ver que somos hablados, y les llamamos demiurgos o los cubrimos de topabocas y sílabas silentes. De un perineo sangrante manó la sangre que brota de mi pene y sus rastros hormonales. Ante mi propia cobardía me aquejo y nada gusta. En ella me hago fuerte, valiente y nazco de la sombra. Un adolescente escritor, un viejo poeta malnacido, un niño mal criado, una niña en tutú, una puta por vocación, todos gritamos desde acá sabiéndonos desnudos y ultimamente polvo.

la noche mas larga

esto es por una poesía budista. simple y precioso accidente el viernes 13, subiendo una reja pajareando desequilibrio y me iba al suelo con fractura de cabeza. en ese instante me sentí transportado en el aire por una energía poderosa y brillante y sin dolor quedé colgado de cabeza, suspendido a escasos centímetros del suelo, mi pie derecho clavado en una pua metálica, en el dedo metálico de los protectores. salirme de ahí fue escandaloso, aparecieron muchas personas que ayudaron de todas las maneras posibles. una preciosa amiga me sostuvo y me acompañó a la posta de urgencia, nada terminal, sólo el dolor que podía soportar. y en el hospital del miedo y el dolor pasaba la conciencia a sensaciones de agradecimiento y profunda compasión. entendiendo mi fortuna y la poderosa magia que nos interconecta a todos el ambiente del hospital brillaba y emocionaba. ayer fue la noche mas larga del año parece, pero pude dormir y las molestias en mi pie herido son mínimas. esta oportunidad preciosa para realizar nuestra fragilidad, mi fragilidad y lo cercano de la muerte a cada instante, la impermanencia, es la motivación perfecta para trabajar por el beneficio de todos los seres. no hay tiempo que perder

noches rojas

el inefable burrougs y su novelación paquiderma de vidente infartado. Los vigilantes vigilados, revisitados, complementados por música. El arte de sturgeon, cassirer y los genios teóricos del siquismo del 20, retrotarse del siglo en banquetes de 2500 años que nunca empiezan ni terminan. El tibetano sabía, bebía lúcido ablandando los márgenes estrechos de nuestro centrismo occidental y de nuestro heterosexismo. Noches de empanada de espinaca y copones de litro, una tras otra tras otra sin esperar nada ya salvo la deficiente falta de mente, cafe con cigarros alguna mañana, ciruelas y piscina continuando noches de bailar apretado y después de caminar recitando malas al guru madrugadas de aprecio, calor y apretujes en la somba tibia que precede a la práctica, y la práctica y la noche y despertar, incentivar el amor y despertar, sin aspavientos de hace más que despertar, amar a otros antes que a uno mismo y parece tan difícil, elongar la mente descentrándola del yo es tan difícil... ¿PORQUÉNOQUIERENDESPERTAR?