gestos de amor

Probablemente ella no lea esto. Posiblemente nadie lea. Pero yo sé. Y sé que ella sabe. Y sé que ella sabe que yo sé que ella sabe y tantas cosas hasta llegar al final. Y ahora fue el final, aunque nada terminó yo me quedé acá con una botella ella estuvo un rato en medio de la calle hablando conmigo por su celular. No estoy contando esto por nada, la amo y necesito que me perdone pero es imposible, no hice más que hacer la herida más grande y no puede confiar en mí, ni yo puedo confiar en mí. Es bastante saber que por lo menos no quedó todo tirado. En un cuento le dije todo lo que nos hemos amado y todavía y siempre la voy a amar. Son tantas cosas tan lindas, tantas cosas tan hermosas como es el amor de corazón y de piel y de momentos felices y plenos. NO puedo más, me siento solo y confundido a la vez sin poder entender que ella me tiene de revés. Mi corazón se paralizó y la rabia me cegó. De veras lo lamento. Pido perdón de pie y de rodillas e insisto, perdoname, perdóname, para que alguien lo pueda hacer por mí que yo ya no puedo y sé que tu sabes y así hasta volver a empezar desde el final.

paseando

Hoy encontré muchos blogs interesantes, uno de una chica española, manuela, de un chileno, toro, de un argentino, de un mexicano. Y algo leí de ellos, todos muy interesantes, interesados en la literatura, en vivir eso que es literar. También pasé por ejercicios ortográficos, páginas con informes del futuro del desarrollo del mundo, por páginas con los museos de chile. Ayer estuve en la calle meiggs que es una locura, comí una empanada, fui al cine a ver encantada. Con Octavia nos paramos frente a la estatua de Andrés Bello y preguntamos por qué será tan feo, cayéndonos de guata en los clichés, cantando mano negra y sex pistols. Anduve en bicicleta por providencia al medio día y atropellé y me atropelaron en tropel, había un grupo de escolares que presumiblemente habían egresado de enseñanza media o salido de vacaciones y estaban todos ebrios. Y me embriagué de la vida y de la juventud y decidí empezar a trabajar en un cuento y después pensé que es mejor leer a Séneca o a Lichtenberg o a Severín o algunos blogs, por lo menos para mí, aunque parece que todos los blogs son sobre opiniones literario-culturales y como soy envidioso pienso ¿cómo tienen tiempo de leer si se dedican a comentar blogs de otros y a escribir sus propias bitácoras y a mí el tiempo ni me dá ni nadie me lee? ¿será que no pongo fotos o que no tengo redes de contactos? me interesa más bien leerme yo mismo para verme, en un mes más esto habrá sucedido abriéndose para dar paso a otra emoción. Robert Frost que parece que fue siempre viejo se preguntá si vale la pena la herida de la vida por lo que es la vida, y la doctora Elizabeth Kubler-Ross propone que lo mejor de la vida es el momento de la muerte, y que la vida es sufrir una prueba tras otra y antes Tilopa le pidió a Naropa más de diez pruebas mortales para enseñarle, y ni hablar de los sufis. Pero bueno, eso es material para otros. Ahora me voy a la playa y yá.