Tuesday, November 27, 2007

serioenbroma

Para que este lugar no resulte una sola letra ni una lectura infinita preferí dejarlo sin fotos sin nada. Hácese entonces desde un lugar automático y autónomo, medio en serio medio en broma. Aunque parece que se va explicando cada siempre que alguien lo lee sin saber porqué resulta necesaria la explicación. Y no resulta. Hoy por la mañana una mujer muy vieja con un dolor muy grande me reveló unas cuantas verdades de mi vida con una técnica muy básica pero eficaz de leer sueños. Después no he dejado de sorprenderme con cada paso del día hasta acá. Un almuerzo en Perú, pequeña Lima. Un gato que por juego se da cuatro vueltas sobre si mismo y muerde una mano amiga. Las niñas pequeñas están cada día más guapas, aunque esto depende de los días. La cafeína parece que puede hacer explotar a la gente. El lenguaje es para eso, para lejanas conflagraciones dinámicas, estrellas o sistemas completos en exultada explotación. Y sí, el universo se expande. Cuando te leen un sueño lo más dudoso es que el nuevo intérprete, o esta especie de nuevo Daniel se lanza a cotejar tus impresiones como esperando algo... ah? qué tal, te cambió la vida? he ahí tanto dolor y tanta necesidad que bueno, vaya a saber uno. O dos, me gustó esto de sentirse el mántico Daniel, el problema es que a cualquiera le gusta esto del mesianismo y muy pocos de los que van lanzados recuerdan las consecuencias. O si las conocen por haberlas vivido prefieren hacerse los locos, es más fácil mirar lo que se puede cambiar en otros que en uno mismo.

Tuesday, November 13, 2007

El duende y el dinosaurio

Volver al mundo, recordar los días pasados anteriores a la creación, recuperar a los otros para este nuevo cuerpo de placer. Un capullo, de gusano a mariposa se transforma, de dinosaurio extinto, rabioso, barneibinesco, se convierte en un duende, aprendiz de mago, viejo, amargo, muy vivo, vivo al fin. No puedo dejar de reir de mi risa nueva, no me dejo de sorprender de mi sonrisa que parece que trae algo entre garras, no puedo dejar de extrañar a los maestros y a los amigos, todos tan viejos, todos y tantos, tan vivos, tan humanos. He vuelto mayor, envejecido y feliz, deseoso de tocar a los que quedaron en este campo de batallas, en este mar de sangre, en este lugar donde la vida se envilece y desvela, donde se devela la vida, lugar de palabras largas, de silencios y bullicios que contruyen la Palabra, lugar donde ruedan las cabezas y los nombres de autores, amigos, conocidos, admirados. Asociando libremente unas voces suenan afuera, el ventilador gira, mis dedos entorpecidos golpetean el teclado, un cuaderno me espera en dos días hacia el futuro, mis padres almuerzan y dejamos de continuar viejos hábitos, mi hermosa mujer se estira sobre mi pecho como una gata, extraño el bolero...