estrategia de mente

Aunque creía en su intuición y corazonadas, en sus sentimientos, sensaciones, percepciones, tincadas, ánimos, y en general en casi cualquier estado de ser que le parecía no estrictamente racional lo cierto era que en ese aparato complejo de sentimentalización sentimentaloide había un método innegablemente racional, aunque por alguna razón oscura se negaba razonablemente a aceptar. Coqueta con un coyak entre los labios cogio al rey desde la corona y consiguió que todas las miradas se posaran en sus sugerentes yemas que no acababan de alargarse e incorrectamente estiraban la jugada en indeterminadas direcciones. todo porque sabía de su pérdida, sufría doliente y se negaba a una aceptación no sólo racional, en este caso real y cierta de un fenómeno prístino. Importaba más la moralina o no, pues no era una diatriba moral ni una pachotada insomne, era una reflexión rauda e incomprensible, ya lo decía Lucio Séneca o Timeo, o se comprende o no, y quien quiera comprender que se esfuerze un poco. Todo lo contrario a una ilustración incompleta y feble dada a las masas en función de una equidad. ¿Si aceptamos la existencia de un conciencia separada debemos aceptar la igualdad? conceptos bienintencionados, que hasta pueden ser entendidos como buenas ideas, no suponen su adaptación no patógena. Dejó caer la cabeza derrotado y volvió su cuerpo hacia un incierto número otro.

escribir que no se puede escribir, también es escribir

Los neoconceptualistas beben de la fuente de los realvisceralistas de vanguardia

Los Barteblies del mañana nacerán índigos con muy pocos deseos de desear, de vivir, de poco, pero vivirán entre nosotros, cada vez más, talvez camuflados en las paginas cesantes de alguna oficina con vista al muro, renunciando a renunciar, a veces requeridos para rellenar un blog, a ratos exigidos por la letra, por la página en blanco, por el bit tirano, por algún comentario troll. Los barteblies de mañana serán enciclopédicos sin querer serlo pues los atravesarán las oleadas de información invisible y electrónica. Así hasta que se apague el mundo o el mundo mismo se haga un bartebly que prefiere no hacerlo y dándose vuelta acabe con la absurda pero hermosa aventura del conocimiento humano.

Snake es un Bartebly deshumanizado y pospost, el periodismo es un bartebly con dislalia.

Este preferiría no ser un manifiesto barteblyista así como preferiría no haber conocido a Jorgue Schwarts. Pero ya está. Los barteblyistas somos, o podríamos ser, la retaguardia de la letra, pero preferimos no serlo

Preferiría no postear, pero nada.

Lolei

Hoy me escribe una persona con nueva cara, nueva dirección. Ayer enmudecida mi amada se ufanaba en nuestras desnudas nadas. Hace ya una semana nostálgica que junto al poeta deslenguado e incallable sorteamos botellas de vino, panqueques, monjes zen, bajativos y salvamos a una damisela de ultraje. Pasan cosas todo el tiempo, eso sí es notable, que algo pase, ya lo decía Lovelock parafraseado por Wilber, y la Mistral lo ponía más lindo, más íntimo, menos lato y menos llano, menos periodístico: que dos vidas se cruzen en este mundo no es casual. Talvez por ese espacio incasual de la reunión es que las distancias los silencios y las veces que nos ignoramos pueden doler en alguien. De todos modos no puedo dejar de creer que tiene que ser un ego muy grande cualquiera que se sienta (quién?) ignorado, no saludado, dejado de lado. Una cuestión pueden ser las preferencias vitales, la parranda, la vida monástica, el camino medio, mientras que otra son las lealtades, los amores, los cariños desmedidos que pueden llegar a surgir de pasiones humanas. Somos papel en blanco para el placer, el goze estético, sibarítico, narcisista, nos consume, nos mueve, el sexo, el paladear una comida exquisita, las compañías, el deleite estético, son vidadevelada. La distancia, dolor, mutismo, en el fondo no difieren del placer, son su sombra. Por esto los barteblies, a ellos gracias.

la solidificación del mojón literario

No recuerdo cómo llegó este título a mí. Debe pertenecer decididamente al listado infinito de los cuentos malos que anotan once monos y una máquina de escribir en alguna habitación secreta de la biblioteca secreta. Puedo adivinar, o intuir, que se relaciona con Almonte. Los chispazos de borrones siempre se relacionarán con Xiroc y Relámpago, como la vida nos relaciona a los que sabemos leer con los que no y con JC. Leer no tiene que ver con escribir, escribir lo hace cualquiera, pero la valentía del lector... Y resulta que sí, Miguelangel también ; stenciles en las calles y en las alturas, Meles y Goico todavía escriben , los deportistas olímpicos compiten con Farah, otros que solidifican el mojón literario. Los armenios dejaron que uno solo de ellos escribiera y parece haber desistido, pensando, cualquiera opina, hasta yo acá... develar la vida con estos textos que no son aforismo ni relato, ni simple texto único y lamentablemente escabroso, mojón literario sólido y aparecido, ni poema ni oda ni nada, alguna frase afortunada, talvez Juan L y el shaman que hace crecer árboles entre todo este marasmo... acá soy yo aparecido. Por ahí andan sueltos otro montón de cagones que además adornan sus fecas con fotos y huevadas. No, no es por odiar, pero en algún momento se me iba a arrancar la letra. Aunque algunos gustan de editar, yo también, si pienso en leer, leo,: lo más claro es el momento del silencio. Bienvenido.

el casco, la coraza y alazán

Siempre las mejores ideas aparecen lejos del momento de la redacción. Y también, siempre lo mejor que puedo escribir es cuando me enfrento al teclado. Mi mundo contiene innúmeros fenómenos que surgen y desaparecen como yo mismo lo hago a cada instante. De todas maneras, arriba de la bicicleta, tiendo a solidificar la realidad escriturable en cuestiones básicas como; mi noción de la literatura, el título del próximo gran cuento malo, la trama inequívoca de la siguiente novela que ya estoy terminando de escribir, la necesidad de mantener una claridad y una insondabilidad al mismo tiempo; o sea, que me comprendo y me discurseo de lo lindo arriba de dos pedales y muy encasquetado. Llego a casa, abro la puerta, todavía no me quito ni la mochila ni el chaleco de seguridad reflectante, un telefonazo, para Sarduy, molesta interrupción, para Barthes, la demonización moderna de la técnica... pienso, quién quiere tener teléfono y quién puede vivir sin el. Un par de días sin celular y el mundo se complica un poco, pero entonces me doy cuenta que me desencuentro y descoordino de aquello que no me permea, de aquello sólido e institucional que en verdad no es ni necesario ni vital, mientras que sin teléfono me conecto con algún lugar amable del permanecer vivo y vivaz en el cuerpo y con los fenómenos que me rodean; y contesto este aparato gritón y es justamente una encuesta para la construcción de ciclovias y respondo encantado y hasta la encuestadora cuelga feliz; el momento más dichoso de toda conversación telefónica, colgar.

Los comprendidos

Eehh...
bueo, denuevo, es acá, sin mucha gracia ni pretensión otra que la vívida letra y la impensable parábola. Super subjetivo, codificado en lo personal hasta la vastedad del hartasgo, hasta la aparición indeleble del espacio. Qué habría que entender que algunas letras, algunas palabras, algunos giros complejos y lenguajes favoritos responden a concesiones de comunicación cuando los tiempos y las charlas sin violencia aparente no son menos violentas que la incomprensión del abismo. en vez de qué escribir, para qué escribir, para quién, acaso un lento y luengo lector, acaso para un otro. siempre mejor desde este lado del silencio, siempre más feliz cual monje o gnóstico cristiano, vox clamantis in deserte
y qué es eso? pues la voz viva e inmutable, la voz de mudez imposible, la voz que grita sin pausa ni detención en todas partes, es tan sólida que se puede ver, sólo si miramos bien y estamos abiertos a escuchar.

Yo, Yo, Qué pasa conmigo, escuchadme a Mí...

Espero que la siguiente letra calme mi ansia, colme mi vida, me haga feliz. Espero y sé que uds. lo hacen también, que el próximo momento, la próxima elección sea completa, me llene, me haga feliz para siempre. Un para siempre subjetivo, cuanto pueda durar un orgasmo, una piña colada, una calada de mi cigarro cubano, y entre tanto, nubes turban mi realización, la vida me ocupa en cuestiones molestas que no me llaman, no me llenan. Abajo los gritos y los aplausos, arriba Pirrón escapando de los dogos, arriba Eristodemo el juglar jugando con los cráneos de sus instructores, Alejandro el grande caliente y sorprendido ante los gimnosofistas, arriba el estudiante de doctorado en filosofía que gana su pan como masajista o como call guirl, arriba abajo al lado al otro lado al centro y al medio, ese tao inexpresable, ese marco de referencia insondable que es capaz de solidez y de sostener al espacio más intenso, arriba las sangyum que amaron al trungpa, arriba la condesa de orange que toda su vida deseeó tener un grabado original de hokusai, arriba hatsushika que toda su vida quiso tener un palacio, arriba demetrio y su confabulación cervanteana, y borgen que fue imitado por los paganos y los aborñigenes, palbra de etimología discutida incluso por los latinos y que parece apuntar a la caracterísitca unívoca de que los originales no están ni antes ni ahora, ni tu ni yo podemos ser felices o libres de hacernos lo que sea, interseamos....