manifiesta

algunos lugares nos esperan con dedicación mientras que otros buscamos con ahínco sin la posible llegada, el descanso del viajero. Una de las cuesiones largas y bulladas responde a el itinerario vital ¿qué avance, progreso mantención o lúdica relación mantendremos con la realidad? en la hora de la espera, en el momento de la decepción, en el instante de la incomprensión. Con cada instante un ciclo nuevo una oportunidad infinita de manifestarnos lúcidos y reflejar a pesar de nuestras contradicciones y complejidades el amor infinito que nos constituye y nos hace volcarnos eternamente y en tdo momento hacia otros, en cada instante está la riqueza única de la poesía, del arte, del tiempo, del viaje interminable que emprendimos como planeta y como organismos sensibles. Preguntaremos, por qué y para qué o quién los sentimientos, cómo se produjo esa hipersensibilidad compleja y aturdidora, pero así mismo, para qué se produjo la razón, o la sinrazón. Dentro de la sentimentalidad o sensiblería metempsíquica cabe preguntarse si de verdad el amor es una manifestación inestable y un constructo humano. Sí y No, claro.

poéticas

las hay tremendas y fundacionales, aristóteles u horacios, verdaderos tratados personales de cómo abismarse al arte, visiones abrumadoras que permiten apenas callar y asentir contento de estar sostenido por hombros tan gigantes y poder reflejar alguna parte de esas mentes que nos construyen y cobijan; las hay indagadoras y profundamente agradecidas de poder estar, artes integradoras de todo lo que se supo o se pretendió en ese momento, como la de Llulio o los San Víctor, las hay alcohólicas, hambrientas y embriagadas de la vida y de la realidad -sino son todas- especialmente las orientales de Li Po y Hui Neng, las hay sobrias y meditativas que contienen casi pudorosamente versos felices que piensan haber usurpado como las del adolescente Borges que siempre maravila o las combativas de los vanguardistas que crean y no se cansan ni acaban nunca de recrear y crear e incluso increar realidades potentes y signan a todos los que vinieron antes como poetas y como surrealistas, hay artes mudos que quieren más bien quedarse sordos y terminan cintando coloridas habitaciones y tranquilos poemas, las hay de olvido y desamor lluvioso o de obligación por que el que la escribió hubo de hacerlo porque sí, por que nadie lo hizo por él, al menos desde una comprensión comprometida y directa del acto de escribir, cuando escribir no es un acto y ni siquiera es individual y tampoco se construye cuando hilvanamos palabra tras palabra; por que hay poéticas que se hacen en bares o en reuniones o en fiestas o en conversaciones de amantes como quien fuma después del sexo mientras que los que no adhieren a la nicotina le ponen un poco de lenguaje a esa experiencia y consienten en llenar cuadernos con títulos de cuentos que se les ocurren o que encuentran ingeniosos como algunos otros juegan al scrabble o a rimar palabras o a hacer limerics o décimas o payas y estos amantes hacen poéticas y las dejan volar por el aire para que alquien las tome y se las lleve o al final nadie las tome en cuenta pues ahora bien sabemos que un libro en la calle puede pasar desapercibido si bien nada es azaroso ni deja de ser predestinado, la premeditación de las poéticas las vuelve urgentes, instructivas, los poetas las leen y las ensayan, quién qué es no es (poeta) romántico pensó sintió y vivió, al menos al leer walking around o la medianoche, que alguna llama en su interior o la fibra seca de su corazón se remecía alegrada y tiernucha, cómo no emocionarse con los tigres de Blake o identificarse en la pesadez de verlaine, en la inocencia divertida de chaucer o en las instrucciones y deducciones inapelables de nagarjuna, en las interminables -ojalá no terminaran nunca- "renga" de Basho y sus amigos. Consideremos que la odisea y la iliada fueron construidas desde una oralidad potenciadora de la experiencia tribal griega y encarnaron en concepciones vitales para la constitución del mundo, eso son las poéticas, manifestadores amorosos y claros de nuestros lugares con respecto al objeto caldado y esculpido en el lenguaje, ese medio que nos comunica y refleja, ese objeto fuente de objetos y facilitador de reflexión, sí, los poetas nos reflejan como puntos de luz lejana en espejos universales y distantes, tan distantes como estrellas, tan distantes como queramos.